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Cómo controlar los nervios y la ansiedad


ansiedad, estrés

La ansiedad es un mecanismo de adaptación natural que nos permite ponernos en alerta ante sucesos comprometidos. Tener un cierto grado de ansiedad es bueno porque nos proporciona un componente adecuado de precaución ante situaciones especialmente peligrosas. Un grado de moderada ansiedad nos ayuda a mantenernos concentrados y a afrontar una serie de retos que se nos presentan a lo largo de la vida.
Pero, en ocasiones, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona de manera incorrecta aún en ausencia de cualquier peligro ostensible. Cuando esta respuesta se da de manera repetida y repentina con sentimientos de ansiedad intensa y miedo o terror, aparecen los ataques de pánico. Estos sentimientos de pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, desproporcionados con la situación real y puede alargarse en el tiempo.
Es importante diferenciar entre miedo o pánico en el que la persona conoce la situación o amenaza y se prepara para responder. Y la ansiedad en la que la persona desconoce el objeto o situación, siendo una amenaza interna y por lo tanto una dificultad en la elaboración de la respuesta.

¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la ansiedad se basa en la clínica que presenta la persona y es el médico quien determina la realización de pruebas radiológicas, analíticas y si precisa ser valorado por el Servicio de Salud Mental, que cuenta con personal especializado en psicología y médicos psiquiatras. Se realiza una evaluación psicológica donde se habla de los síntomas, de las situaciones que estresan, preocupaciones o miedos, antecedentes familiares y cómo afecta negativamente la ansiedad en nuestra vida. También sobre el consumo de alcohol, drogas u otras sustancias tóxicas. 

Hay que conocer los síntomas para hacer un buen diagnóstico:

  • Síntomas habituales: palpitaciones, sensación de ahogo, sudoración, angustia, temblores, inestabilidad, fobias o miedo a morirse, sensación de peligro inminente o catástrofe, tensión y respiración acelerada.
  • Dificultad para controlar las preocupaciones de manera repetida durante más de 6 meses.
  • Necesidad de evitar aquellas situaciones que producen ansiedad.
  • Asociación de dos o más síntomas ante las preocupaciones.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo con rituales que hacen disminuir la angustia de la obsesión, como lavarse muchas veces las manos o comprobar que las puertas y ventanas están cerradas.

Los síntomas pueden aparecer en la infancia o adolescencia y continuar en la edad adulta.

¿Cuál es el tratamiento para la ansiedad?
Entre los tratamientos para la ansiedad destaca la terapia cognitiva, se trata de una terapia activa centrada en los problemas actuales o situaciones que tiene el paciente y que le provocan malestar. Una vez reconocidos estos problemas se dota al paciente de estrategias, técnicas y de las herramientas adecuadas para poder enfrentarse y resolver de una manera positiva las dificultades que se le presentan.
Se trata de una terapia de corta duración con tareas sencillas para realizar entre cada sesión. Deberá observar cómo va manejando las situaciones que le son difíciles de resolver y alcanzar. Se recomienda que las sesiones sean en un principio más seguidas para ir alargándolas en el tiempo a medida que note mejoría.

¿Cómo podemos controlar el estrés?
El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que se produce de manera automática y natural ante situaciones o pensamientos que nos resultan amenazadores, frustrantes o desafiantes. Se trata de una sobrecarga o presión que afecta a la persona y que depende tanto de las demandas de la situación, como de los recursos de la persona para afrontarla.
Un ejemplo de estrés es el que se puede producir en el ámbito laboral, en este, las pequeñas cosas como una fotocopia, el teléfono que no deja de sonar, tener demasiado trabajo o por el contrario insuficiente, realizar un trabajo que no satisfaga, conflictos entre compañeros, clientes o con el jefe nos hace sentir estresados y afecta al cuerpo y mente de diferentes maneras.
En muchas ocasiones el agotamiento laboral, los problemas de salud y los familiares y personales son consecuencia del estrés.
Es importante seguir una serie de consejos o pautas tanto en el entorno laboral como fuera de él para evitar el estrés como:

  • Localizar la fuente de estrés: anotaremos las situaciones que nos generan más estrés y cómo respondemos a las mismas.
  • Darse un capricho: a veces respondemos al estrés con caprichos poco saludables como alimentos con exceso de calorías o grasa, alcohol o alimentos azucarados que pueden afectar a nuestra salud. Los debemos sustituir por el ejercicio, yoga, pasear al aire libre o intentar dormir más horas.
  • Aprender a delegar: debemos ser conscientes de que no podemos asumir todas las tareas continuamente y que necesitamos desconectar y dedicar tiempo a la vida personal, fijando un límite claro entre la vida laboral y personal.
  • Dedicar tiempo para descansar y, para ello, se debe desconectar de la actividad laboral mientras no se está trabajando.
  • Aprender a relajarse mediante técnicas como la meditación.
  • Hablar con el jefe: para conseguir un ambiente de trabajo más saludable que promueva el bienestar y, por lo tanto, sea más productivo.
  • Conseguir apoyos: mejorar la capacidad de manejo del estrés aceptando la ayuda de familiares y amigos, siendo necesario, en ocasiones, la ayuda de profesionales especializados en salud mental.

Consejos para controlar los nervios y la ansiedad
El nerviosismo suele estar relacionado con hechos concretos a los cuales se tiene que enfrentar una persona en su vida cotidiana como, por ejemplo, hablar en público, hacer un examen o una entrevista de trabajo.

Las sensaciones fisiológicas del nerviosismo desaparecen una vez ha finalizado el hecho que lo causó. Sin embargo, la ansiedad tiene un carácter más difuso y limitante. En ambos casos los síntomas son desagradables y muy molestos.

Para controlar los nervios, además de aprender a relajarnos o a respirar profundamente y despacio, hecho que se puede conseguir mediante la meditación, realizar ejercicios de mindfulness nos ayudará también a reducir el estrés y la ansiedad. El objetivo con el mindfulness es lograr un profundo estado de conciencia libre de juicios sobre nuestras sensaciones, sentimientos o pensamientos, prestar atención a lo que acontece en nuestro interior en cada momento.

Cuando se practica mindfulness uno se ve a sí mismo desde otra perspectiva, como si fuese un observador que ve todo cuanto acontece en su entorno y en él mismo, de modo que hace ser más consciente a la persona sobre lo que piensa y siente.


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