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Descubre el 'Barefoot running'


barefoot running

El "barefoot running" es una nueva técnica de running que consiste en salir a correr descalzo. Como todas estas nuevas disciplinas, planes o modas, tienes sus pros y sus contras. Si jamás has corrido descalzo, no es cuestión de que salgas de tu casa directamente sin zapatillas. Porque, obviamente, tus pies no están acostumbrados a pisar el suelo y es más que posible que te hagas daño. Sin embargo, los expertos afirman que correr descalzo tiene beneficios para tu salud.

  • Mejora el equilibrio.
  • Favorece una postura correcta de la espalda.
  • Aumenta la estabilidad en la pisada.
  • Mejora la cadencia de paso.
  • Favorece la elasticidad de los tendones y ligamentos del pie.
  • Fortalece los tobillos.
  • Mejora el ángulo natural de apoyo del pie.

Todo esto se debe a que, sin la amortiguación y protección de las suelas de las zapatillas, de forma natural se modifica la forma en la que apoyamos el pie, lo que repercute positivamente en el reparto de la energía en cada paso, en la alineación de la columna vertebral y en el trabajo de músculos de las piernas.

De forma inconsciente cuando corremos tendemos a apoyar primero el talón y después el resto de la planta. Si vamos descalzos apoyaremos toda la planta a la vez, lo que hará que nos impulsemos con más fuerza, pero con menos trabajo, por lo que optimizaremos el rendimiento.

Los detractores de esta técnica avisan de que correr sin protección es un riesgo para las plantas de los pies, que no están habituadas a correr directamente sobre el suelo, y se pueden producir cortes y heridas de consideración. Además, si pisamos con miedo, o somos muy pronadores (es decir, nuestra pisada se inclina hacia dentro) o muy supinadores (nuestra pisada se inclina hacia fuera), podríamos terminar haciéndonos daño en las rodillas y por transmisión en la cadera y en la espalda.

Por eso ten en cuenta estas recomendaciones:

  • Calienta bien antes de empezar. Así evitarás lesiones típicas como torceduras, tendinitis en el tendón de Aquiles, esguinces...
  • Prueba con un terreno intermedio. Es decir, no pases al asfalto directamente. Ahora con el buen tiempo prueba a correr en la playa, sobre la arena mojada, para sentir el piso húmedo y duro, pero confortable.
  • Varia los tipos de suelos, para ir adaptando tus pisadas. Por ejemplo, correr sobre hierba, tierra o sobre pistas deportivas.
  • Pon atención. Si sientes alguna molestia para y revisa tus pies.
  • Relájate. Si vas tenso tu pisada y tu postura no serán correctas.
  • Cuida tus pies con esmero. Tras la ducha revisa bien la piel e hidrata con cremas adecuadas. Las grietas o pequeñas heridas te impedirán entrenarte adecuadamente.

Correr en la playa
Uno de los placeres de los meses de buen tiempo es poder hacer deporte al aire libre. Y correr por la playa es uno de ellos. Ya sea descalzo o con zapatillas, correr al borde del mar tiene numerosos beneficios:

  • Se fortalecen los tobillos.
  • Trabajas con intensidad el tren inferior.
  • Quemas más calorías porque el esfuerzo es mayor.
  • Mejoras la respiración porque la brisa del mar abre las vías respiratorias.
  • El sol en tu piel (con protección, por supuesto) mejora tu salud osteoarticular.
  • Ten cuidado de evitar desniveles que puedan hacer daño a tu cadera y rodillas y recuerda que si hace calor deberás reforzar tu hidratación y protegerte con gorras y gafas.

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