Llámanos al 913 168 139

Pérdida de audición: cómo se manifiesta y qué hacer


pérdida audición

La pérdida de audición es a menudo gradual, por lo que no siempre notamos cómo los sonidos se van volviendo más débiles con el tiempo. Incluso podemos comenzar a olvidar algunos de los sonidos que solíamos escuchar. Supone un gran impacto en la vida familiar, social y laboral y puede llevar al aislamiento.

Existen muchas razones que contribuyen a la pérdida auditiva, pero las más comunes son la exposición prolongada al ruido y el proceso de envejecimiento. Otras causas incluyen daños físicos, traumatismos o infecciones de oído, predisposición genética, problemas en el embarazo, enfermedades y ciertos medicamentos. También hay reducciones temporales de la capacidad de los oídos para conducir los sonidos, como son los tapones que se forman por un exceso de cera. La limpieza con bastoncillos de algodón puede empujar y compactar el cerumen contra el tímpano y originar la obstrucción -además de correr el riesgo de perforar los tímpanos o dislocar los huesos auditivos-, por lo que están totalmente desaconsejados.

Tipos de pérdida auditiva

  • Neurosensorial: se produce cuando el oído interno (cóclea) o el nervio auditivo resultan dañados o no funcionan bien. Los sonidos son más suaves y difíciles de entender, especialmente en condiciones ruidosas. La hipoacusia neurosensorial es también una parte común del proceso de envejecimiento.
  • Conductiva: el daño en el oído externo o medio impide que las vibraciones sonoras alcancen el oído interno o cóclea. Se tiene una sensación de oídos obstruidos y las palabras se oyen amortiguadas, especialmente si hay mucho ruido de fondo.
  • Mixta: Es el resultado de problemas existentes tanto en el oído interno como en el externo o medio.

Dado que la pérdida de audición suele ser progresiva y, por ello, difícil de reconocer en ocasiones, debemos prestar atención a señales como las siguientes:

  • Amortiguación del habla y de otros sonidos. Problemas para oír algunas consonantes y tonos agudos.
  • Dificultad para comprender palabras, en especial cuando hay ruido de fondo o muchas personas
  • Pedir frecuentemente a los demás que repitan lo que han dicho, que hablen más lento, con mayor claridad y más alto.
  • Abstenerse de participar en las conversaciones o evitar algunos entornos sociales.
  • Necesidad de subir el volumen de la televisión o de la radio. 
  • Tapar el otro oído al mantener una conversación telefónica o utilizar auriculares a un volumen alto. 
  • Escuchar un zumbido en uno o ambos oídos.



Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestra web.