Llámanos al 913 168 139

Cómo cuidar los pies al esquiar


esquiar, botas esquí

La temporada de esquí ya está aquí y antes de lanzarse a las pistas para disfrutar del deporte por excelencia del invierno hay que tomar una serie de medidas. Ten en cuenta que para cuidar tus pies al esquiar debes:

  • Utilizar calcetines específicos que protejan lo suficiente y que tengan pocas costuras y no presenten arrugas que puedan provocar ampollas.
  • Presta atención a la correcta hidratación del pie para evitar rozaduras y lesiones, al tener una mayor elasticidad y resistencia a las agresiones. Para ello, utiliza una crema hidratante específica.
  • Las botas. Una de las elecciones más importantes son qué botas utilizar. Recuerda que una bota excesivamente comprimida impedirá disfrutar del esquí, porque generará rozaduras, callosidades, limitará la circulación sanguínea en el pie, aumentará la tensión muscular generada en la planta del pie y en la parte posterior de la pierna, etc. De la misma forma, una bota que no sujete bien el pie, generará problemas de inestabilidad, ampollas por fricción, etc.
  • También, en función de la técnica del esquiador se determinará el grado de rigidez de las botas, que se mide según el índice Flex: cuanto mayor es este índice, más rígidas serán las botas y, por tanto, mayor control y precisión tiene el esquiador. A los principiantes se recomienda botas con un índice Flex 60 o inferior, ya que esta rigidez suave les permite modificar la posición y ejerce poca resistencia ante la flexión. Los esquiadores con un nivel medio deben optar por botas con un índice Flex entre 70 y 90, más rígido pero también más preciso. Los esquiadores expertos pueden elegir botas con un índice Flex 100 o superior, produciendo una alta precisión en los movimientos.
  • Respecto a la horma de las botas, las diversas marcas de botas diseñan sus modelos con hormas más o menos anchas, por lo que en función de la forma del pie, deberás optar por una u otra marca.
  • Por último, cómo probarse las botas de forma correcta:
    Hay que probarse las botas con los mismos calcetines con los que luego se va a esquiar. De pie, comenzar a abrochar los ganchos desde abajo y comprobar que el pie queda bien sujeto, especialmente en el talón. Prestar atención a posibles zonas en las que la bota presiona demasiado, ya que tras varias horas de esquí el roce puede resultar muy doloroso e incómodo en esos puntos. Con el cuerpo erguido y las piernas rectas, comprobar que los dedos del pie tocan ligeramente la punta de la bota. Con las rodillas bien flexionadas, comprobar que los dedos del pie ya no tocan la puntera interior de la bota. En caso de que sigan tocando la punta, se necesita una talla más. Caminar un poco y prestar atención al talón, que no debe separarse de la plantilla interior.



Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestra web.