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Cuida tus oídos en invierno


invierno

El viento, la lluvia y los cambios bruscos de temperatura propios del invierno contribuyen a disminuir las defensas, desembocando con frecuencia en resfriados y catarros que pueden afectar la salud de nuestros oídos. Protegerlos adecuadamente es fundamental para que no se vean perjudicados por ninguna infección, dado que es frecuente que, en esta época del año, la faringitis, la gripe, las alergias o un simple catarro vayan acompañados de rinitis e incluso otitis.

El tipo más común de infección del oído se denomina otitis media y está causada por la inflamación e infección del oído medio. Puede ser aguda o crónica.

La otitis media crónica es una infección permanente o recurrente. El oído suele supurar, normalmente coincidiendo con catarros o con la entrada de agua y los tratamientos sólo son efectivos temporalmente. La consecuencia es la pérdida progresiva de la audición.

La otitis media aguda se presenta de forma repentina, precedida de ¡una infección de las vías aéreas altas durante varios días, y sus síntomas más frecuentes son: dolor de oído, sensación de malestar general, fiebre, vómitos, y pérdida de audición. Es una afección muy común en la infancia y uno de los principales motivos de consulta al pediatra.

Consejos para prevenir la otitis

  • Proteger los oídos de las bajas temperaturas con orejeras o gorros de lana que aíslen del frío y evitar contrastes bruscos de temperatura y humedad.
  • Controlar los catarros y sus síntomas. Una gripe, un resfriado o un simple proceso catarral pueden desembocar en un foco infeccioso en el aparato auditivo.
  • Acudir inmediatamente al médico ante los primeros síntomas y no automedicarse. 
  • Mantener una higiene adecuada de los oídos con difusores de agua marina y evitando métodos de limpieza agresivos, como pueden ser los bastoncillos. 
  • No fumar. El humo del cigarro afecta a los consumidores y a los fumadores pasivos, puesto que disminuye el flujo sanguíneo de las arterias que transportan el oxígeno al oído interno. 
  • Cuidar la alimentación, procurando tomar alimentos ricos en vitamina A, C y B12 que sirven para aumentar nuestras defensas.
  • Permanecer en estancias cerradas y poco ventiladas. Al bajar la calidad del aire, este se convierte en el caldo de cultivo perfecto para los virus, por lo que se aconseja ventilar bien todas las estancias en las que vamos a pasar muchas horas.

Niños y mayores, los más vulnerables

Las infecciones de oído hallan una vía de entrada más fácil si las defensas de nuestro cuerpo están más bajas. Por este motivo, niños y mayores son más vulnerables a las otitis, dado que su sistema inmunológico es más sensible a las agresiones externas

En el caso de los más pequeños es muy frecuente la aparición de la llamada otitis media serosa o secretora, que se caracteriza por la acumulación de moco en los oídos y puede conllevar una pérdida auditiva. Para evitar complicaciones, además de las recomendaciones generales anteriores, es importante llevar al día el calendario de vacunaciones, retirar el chupete, ya que al succionar genera presión en los oídos; y mantener las manos y los juguetes limpios con el fin de reducir el riesgo de infecciones.



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